De: Cronopios
Fecha: 30 de junio de 2007 22:31
Asunto: N1O1P1: Luna Nueva
Para: CRONOPIOS 1
Domingo 1° de julio de 2007 — Cronopios Diario virtual para hombres y mujeres de palabra
Luna nueva está en sus veinte
Por IR
Increíble pero tangible: no hace ni dos meses que los profesores y estudiantes de literatura de la Universidad Nacional me honraron con la publicación #50 de su colección de libros de poesía: La dama del guante verde, se llama el mío.
¿Imaginan ustedes la sorpresa cuando el poeta Ómar Ortiz llegó a mi casa con un libro fresco cuya portada son ni más ni menos que dos damas de guante verde idénticas a la mía, cuya historia conté como una relación polidimensional desde la soledad con la poesía?
No pregunté nada. No tengo ni idea de quién será el dueño del cuadro o quién lo prestó para fotografiarlo para esta portada. La dama está aquí a mi lado, descolgada de su pared semiperpetua la veo más sorprendida que a mí mismo. ¿Total? Ella y yo nos miramos con cara de haber conquistado una dimensión desconocida y tenemos la sospecha de que una gran familia de damas de guantes verdes vendrá a poblar este mundo tan necesitado de imaginación y sueños, en los que seguimos como agua rumorosa de una noria obstinada.
Eso sí, el motivo de la publicación del libro de Ómar es ni más ni menos que la celebración de 20 años de existencia de la revista Luna Nueva, que hacen los nocheros de Tuluá desde cuando a Ángela Lucía Chaguala se le ocurrió proponerle la locura de publicar una revista de poesía, según historia que narra el propio poeta: “Yo me encargo de conseguir la publicidad y tú te responsabilizas del contenido”, según el relato de quien ha permanecido como director y agente de los poetas amigos que de todos los rincones de Colombia y desde lugares cercanos y remotos de los cinco continentes se dan el lujo de ocupar la nave de papel que es Luna Nueva.
Vale la pena leer la historia, entre otras cosas porque Ángela se dedicó a hacer y levantar hijas (¡Tiene seis!) mientras Ómar siguió en su tarea de buscar el contenido y rebuscar el patrocino, cosa bien difícil según sabemos todos los que hemos hecho revistas culturales en la vida.
Pero —mejor aun— esta Luna Nueva de los veinte años alumbra con su luz de plata en el calendario de los tesones que no desfallecen. Y se trata, entonces, de una edición especialísima con una idea propuesta por el poeta Víctor López Rache: escoger 12 poetas sobresalientes en la nómina de quienes han colaborado con la publicación y preguntarles cuáles son sus 10 poemas colombianos favoritos. ¡Vaya sorpresa! Once respondieron a tiempo. ¿Imaginó alguna vez, por ejemplo, que Carranza y De greiff estuviesen entre los textos seleccionados por Juan Manuel Roca? ¿O que Meira Del Mar sigue en plenitud y X-504, Mutis, Quesseps y el mismo Juan Manuel están entre los más mencionados? Pues así es y les juro por los guantes verdes que vale la pena tener y revisar y coleccionar esta revista de edición especial.
Pero este apenas es el saludo para el abrazo a los persistentes noctívagos de Buga. Aplauso para su tarea. Ya vendrá, porque es necesarísima, la relación de los resultados de tan singular encuesta que por supuesto no deja de ser subjetiva como todas las antologías, razón de más para festejar estas once miradas a la poesía colombiana. Esta vez Ómar Ortiz es el recopilador. Busque la revista como sea, le repito que vale la pena tenerla.
Y feliz cumpleaños de mi Dama del guante verde, señora de la omnipresencia, de la fantasía, de la compañía… ¡Amén!
Once miradas a la poesía colombiana
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Por: Fabio Martínez
A raíz de los veinte años de la revista “Luna Nueva”, el poeta Ómar Ortiz quiso festejar este importante aniversario con la publicación de una Antología de la poesía colombiana. Se trata del libro Once miradas a la poesía colombiana.
La virtud de la Antología de Ómar Ortiz radica en el hecho de que es realizada por once escritores invitados que se tomaron el trabajo de seleccionar, cada uno, los diez mejores poemas. El resultado fue la selección de 93 poemas.
Entre los invitados a participar en la convocatoria, se encuentran: Víctor López Rache, Juan Manuel Roca, Orietta Lozano, Jaime Echeverry, Santiago Mutis, Gustavo Álvarez Gardeazábal, Julián Malatesta, Rómulo Bustos, Álvaro Marín, Lucía Estrada y Samuel Vásquez.
Este ejercicio poético colectivo rompió con el esquema del compilador único y todopoderoso que, por lo general, actúa con criterios subjetivos destacando a sus “amigos” y descabezando a sus supuestos “enemigos”.
Esta última es la crítica ‘sicaresca’ que yo llamo y que, infortunadamente, muchos antologistas la practican como si fuera un deporte nacional.
Al contar con once miradas distintas, la antología del poeta Ómar Ortiz escapa a este criterio excluyente convirtiéndose en un ejercicio de selección colectiva mucho más amplio y democrático.
Sin embargo, como sucede en toda selección, a los once comensales literarios invitados por el autor de Tulúa se les olvidó un nombre grande de la poesía colombiana: Matilde Espinosa.
En las Once miradas podemos encontrar poemas famosos como el “Nocturno III” de José Asunción Silva, la “Canción de la vida profunda” de Porfirio Barba Jacob, “Verde mar” de Meira del Mar, “Llanura de Tulúa” de Fernando Charry Lara, “Balada del mar no visto rimada en versos diversos” de León de Greiff, “No te olvidamos, Marilyn” de Jotamario Arbeláez y “Carta en el buzón del viento” de Juan Manuel Roca.
Entre los poetas más nombrados y citados están: Luis Vidales, Giovanni Quessep, Jaime Jaramillo Escobar y Meira del Mar.
El poeta Aurelio Arturo, que debido al centralismo poético, no figuraba en las antologías, es referenciado aquí con cuatro magistrales textos poéticos.
En la antología hay cosas curiosas e insospechadas: Eduardo Carranza, un godo de tiempo completo, está al lado de Luis Vidales, un comunista de corbata roja; Meira del Mar y Helcías Martán Góngora, los dos grandes poetas del mar, aparecen por primera vez juntos, uniendo los vasos comunicantes que existen entre el Caribe y el Pacífico;Jaime Jaramillo Escobar, antes llamado X-504, aparece desnudo con su risa de fauno silvestre, cuestionando el carácter solemne, retórico y cacofónico, en que a veces está envuelta nuestra poesía.
En medio de tanta gerontofilia poética, figuran dos jóvenes, que con seguridad son la esperanza literaria de nuestro país: Andrea Cote y Felipe García Quintero.
La cuota poética femenina se encuentra en Laura Victoria, Meira del Mar, Emilia Ayarza, Luz Helena Cordero y Andrea Cote.
Por su tipo de convocatoria, Once miradas a la poesía colombiana no solo se convierte en un referente poético importante, sino que nos invita a que en cuestiones poéticas y literarias, siempre debemos tener una mirada amplia y heterodoxa.
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